Esto recién comienza
Poner en la palestra la realidad de las y los estudiantes de la educación superior privada no ha sido fácil, de hecho es algo que aún está en desarrollo. Lo mismo ocurre con la conformación de un movimiento estudiantil del sector privado que recién comienza a agruparse de forma más masiva con reivindicaciones compartidas para el sector. Pero luego de años de intentos y luchas comienza a conformarse un espacio que lentamente va posicionándose y adquiriendo fuerza y claridad.
Hoy MESUP ha convocado a dos movilizaciones en Santiago e incluso el último llamado fue replicado en Temuco. La asistencia ha aumentado con el tiempo como también las claridades en las demandas que se han hecho llegar directamente al poder ejecutivo. De ser un puñado de estudiantes intentando agitar sus espacios locales hoy contamos con un diagnóstico, un objetivo y una estrategia para conseguirlo.
El proceso ha sido lento, como todos a lo largo de la historia, pero va mostrando sus frutos; y con ello también es necesario evaluar lo hecho hasta el momento. En este análisis es posible ver que lo construido hasta el momento ha sido positivo pero que también resultan nuevos desafíos a enfrentar. La mayor claridad en las demandas debe instalarse en el debate del movimiento estudiantil en general, en el debate público y, por sobre todo, en los espacios de los estudiantes del sector privado de educación superior.
Con ello el espacio contará con mayor apoyo y fuerza dentro de la educación superior privada, pero también dentro del mismo movimiento estudiantil y social. Y así, sus perspectivas de victoria serán mayores, sobre todo si se sigue la senda de la unidad con estudiantes secundarios y trabajadores. Pero esta batalla es larga y esto recién comienza.
Un proceso subterráneo
En el proceso de organización y lucha del sector privado de educación superior nos encontraremos con grandes enemigos: empresariado, medios de comunicación, Derecha y Concertación con sus conflictos de interés, etc. Pero la traba más importante de solucionar siempre será romper con la subjetividad de cliente que aún es hegemónica entre los estudiantes de la educación superior privada. Subjetividad que se crea y apoya en la legalidad vigente que permite el lucro en institutos profesionales y centros de formación técnica, define la relación entre las casas de estudio y los estudiantes como una relación “entre privados” y no permite la organización estudiantil ni de los demás estamentos, por mencionar algunas de las características más importantes.
Pero este camino no comienza hoy sino que se viene gestando desde años atrás, cuando luego de pequeñas experiencias, que no rindieron los frutos esperados, se comenzaba a fundar MESUP. Esta organización nace en un proceso de confluencia de un grupo de estudiantes de diferentes casas de estudios que llevaban tiempo trabajando en sus espacios locales y vieron la necesidad de coordinarse a nivel metropolitano.
El 2011, a la par de este proceso organizativo, comenzaba el año con una de las primeras y más importantes luchas de los estudiantes del sector privado de educación superior: la toma de la Universidad Central que buscaba frenar su proceso de venta. Cuestión que se logró e incluso se comenzó un proceso de democratización de dicha casa de estudios. Lo que ocurrió después durante ese año con el movimiento estudiantil es historia conocida.
Lo que no es muy conocido es el proceso casi subterráneo que han llevado los estudiantes de educación superior privada. No muy conocido es el primer Congreso de estudiantes de instituciones privadas de Santiago en Diciembre de 2011 en la Universidad Central, que entre otras cosas convocó al Primer Encuentro Nacional de Instituciones Privadas realizado –paradójicamente ante lo que ocurre actualmente- en la Universidad del Mar, sede Reñaca (hoy en toma y funcionando bajo el control de estudiantes, funcionarios y profesores).
Si bien a ese encuentro llegó un número interesante de estudiantes de diferentes lugares del país y se zanjó un pliego de demandas importantes, aún no se instalaba de lleno las problemáticas y demandas del sector en el debate público. A mediados del 2012 una pequeña movilización convocada por distintas federaciones y asambleas estudiantiles del sector privado, con tibias demandas, lo intentó sin obtener los frutos esperados; por lo cual se convocó a un nuevo Congreso de Estudiantes de Educación Superior Privadas con el objetivo de organizar fuertes movilizaciones este 2013.
Así llegamos a este año 2013 que se inauguró nuevamente con un Congreso MESUP para continuar trabajando la línea de lo realizado en Noviembre de 2012, en el cual se zanjaron colectivamente demandas y voceros que permitirían poner en la palestra nuestras problemáticas. Además, y como ha sido la tónica, cada vez más estudiantes del sector privado de educación superior llegan a estas convocatorias. Al último Congreso MESUP, realizado en la Universidad Católica Silva Henríquez de Santiago, llegaron además compañeros y compañeras de La Serena, Talca, Viña del Mar y San Fernando, estos últimos desde sedes de la Universidad del Mar. Aquello refleja que no es casual que hoy exista un MESUP en Temuco, que también marchó este 25 de Abril, y próximamente se levanten en otras regiones del país.
Las tareas para hoy
Ha sido un camino difícil, sí, pero aún queda mucho por recorrer. Y este largo camino no está trazado, sino que lo vamos construyendo en el día a día con la crítica y autocrítica necesaria para avanzar. Por lo tanto, hoy, evaluando y sacando aprendizajes de lo mencionado aquí y de muchas otras luchas que explícitamente no me refiero pero son parte del análisis, también debemos reflexionar sobre las tareas próximas que como movimiento tenemos.
Digo tareas próximas porque en todo este tiempo MESUP ha sabido sintetizar un diagnóstico –El Estado de Chile abandonó la educación y la dejó en manos del mercado- y ha propuesto un horizonte –un nuevo sistema de educación estatal, gratuito y democrático-. Pero con esto no basta, es necesario desarrollar una estrategia, un camino a seguir para conquistar nuestras demandas.
Luego de dos jornadas de movilización en Santiago y otras regiones del país el 28 de Marzo y 25 de Abril, se ha puesto en debate la situación de la educación superior privada y se ha interpelado al Estado sobre el rol que debe tener en esta situación. Obviamente no fueron las marchas las que solamente lograron esto, lo anteriormente descrito más los escándalos de la CNA, Universidad del Mar, SEK y Pedro de Valdivia (entre otras) han obligado a que el tema no se pueda esconder por la “clase política”, el empresariado chileno, los medios de comunicación, etc.
Hoy tenemos un debate abierto y una organización en desarrollo, pero dispuesta a luchar por acabar con estas situaciones y levantar un nuevo modelo de educación. Todo lo avanzado hasta aquí nos pone nuevas tareas, y hoy se hace urgente resolver el tema estratégico para potenciar el espacio y comenzar a vislumbrar el camino que queremos transitar para lograr nuestro objetivo. Las respuestas actualmente deben ir en búsqueda de solucionar dos cuestiones claves que a mi juico demandan claridad: primero, cuáles son las demandas específicas a levantar para conseguir la “Estatización y Control Comunitario de la Educación chilena”; y a la par, cómo volvemos nuestro movimiento de estudiantes de la educación superior privada realmente masivo.
Sobre las demandas más específicas a levantar, las últimas declaraciones de los voceros de MESUP dan cuenta de la claridad que ha comenzado a tener el espacio en el ámbito reivindicativo. Además de dar cuenta de la realidad del sector privado de educación superior y el objetivo de estatizar la educación, las cuñas giran en torno a la responsabilidad que debe asumir el Estado a través del Ministerio de Educación en la construcción de una nueva educación superior para el país que sea de carácter pública, gratuita y democrática. El llamado es claro, “el Estado no debe financiar a los privados, y éste debe asumir las responsabilidades del sistema educativo”.
Y esto no se refleja solo a nivel de declaraciones públicas, sino que se concretiza en la misma carta que fueron a entregarle al MINEDUC al finalizar la última movilización en Santiago. En ella se pueden observar que no existe sólo un diagnóstico y meras consignas, sino que demandas claras y claves como la condonación de las deudas que poseemos por estudiar, la libertad de asociación en nuestras casas de estudios a través de la eliminación del DFL 2, la regulación por parte del Estado de los precios de los aranceles, un nuevo sistema técnico superior de carácter estatal y, como se viene escuchando nuevamente desde 2011, la nacionalización de los recursos del país.
Con estas claridades se ha visto que la masividad comienza a generarse también lentamente. La convocatoria entre la segunda y la primera movilización convocada por MESUP aumentó a pesar de lo que puedan decir grandes medios de comunicación, los cuales quizás tengan alguna relación con una institución de educación superior privada. Y aquella discusión también está presente en las asambleas regulares del espacio, en donde ya se barajan distintas formas de lograr mayor masividad, sobre todo en los estudiantes del sector privado pero sin descuidar la convocatoria transversal de la sociedad chilena.
Vamos por ancho camino
Aún falta mucho por hacer y no podemos dormirnos en los laureles. La iniciativa aún la tienen los defensores del modelo actual de educación y sociedad, y si no revisamos lo construido, corremos el riesgo de sufrir una derrota que a la larga nos costará caro. La crítica y la autocrítica deben ser una constante dentro del movimiento.
Si todo comenzó con unos pocos y dispersos intentos hace algunos años, la lucha y constancia han hecho que hoy no solo el tema esté puesto en el debate sino que comience a construirse un camino. Camino que no es necesario inventar, sino que debemos sumarnos al que ya existe. La claridad de nuestras demandas debe socializarse dentro de los espacios de educación superior privada, sobre todo en donde cuesta más organizarse, dentro del movimiento estudiantil y los movimientos sociales. La tarea hoy debe ser sumar a más compañeros y compañeras de instituciones educacionales públicas y privadas, a secundarios y trabajadores. Todos bajo la misma bandera de lucha: un nuevo sistema de educación público y gratuito, poniéndole fin a la educación privada. Erradicando el mercado de la educación.
Esto recién comienza. La batalla es larga y muchos se nos opondrán. Pero el camino lo tenemos claro, solo unidos venceremos.